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5 formas de practicar el autocuidado

Foto del escritor: Centro NeandiCentro Neandi

¿Qué es lo primero que piensas cuando escuchas la palabra autocuidado? Probablemente algo como: tener una buena alimentación, hacer ejercicio, dormir bien, etc. Si bien, estas respuestas son correctas, el autocuidado significa algo más profundo. Tiene que ver con una actitud de amabilidad, respeto y comprensión con uno mismo, la cual no deja lugar para el juicio.


De esta forma, aunque parezca que muchas personas con TCA se cuidan con su alimentación, en realidad no están teniendo un verdadero autocuidado. En otras palabras, las altas exigencias que suelen tener consigo mismos los llevan a críticas, inflexibilidad y conductas no saludables las cuales son contrarias a respetarse. Por tal motivo, gran parte de la recuperación consiste en practicar el cuidado personal como una forma de auto-compasión. Para lograrlo, es necesario un proceso terapéutico especializado, en el que además se trabajen las bases de la enfermedad de forma integral.

Ahora bien, si te gustaría reforzar tu autocuidado o comenzar a practicarlo intenta seguir estos consejos en tu día a día (Bendel, 2017):

  1. Reflexiona lo que te ha funcionado en el pasado:

Explora actividades que solías disfrutar y que pudiste haber olvidado; reintrodúcelas a tu vida. Por ejemplo: pasar tiempo con amigos que te apoyan, ir al cine, trabajar como voluntario con animales, escribir un diario, leer, etc.


2. No busques que sea perfecto:


El autocuidado no tiene que ser perfecto; de hecho, dejar que no sea perfecto es realmente autocuidado. Por ejemplo, si alguien llega a sentir que necesita tener la cantidad de tiempo perfecta, una mentalidad perfecta, una vela perfecta y un producto perfecto para tener un baño de burbujas que valga la pena; probablemente nunca llegará a tomarse el tiempo de cuidarse.


3. Practica diciendo “no”:


Aprender a poner límites puede ser difícil, pero es imprescindible para el autocuidado. Decir que “sí” a todo, puede llevar a una saturación de las necesidades de otros y a olvidarse de las propias. Practica buscar el equilibrio para que dejes tiempo ti.


4. Sé autocompasivo:


Mira tus debilidades desde una perspectiva compasiva en lugar de juzgarte por tenerlas. Toma momentos para abrazar incluso a tus vulnerabilidades, las cuales también son parte de ti.


5. Sé flexible:


Tu cuidado personal puede ser de la longitud que necesites en el momento en que lo requieras. No tiene que establecerse en un horario o actividades fijas pues cada día las necesidades personales cambian.


Finalmente, procura practicar el autocuidado día con día, incluso con pequeños detalles que hagan la diferencia. El objetivo es que poco a poco vayas dejando de lado las viejas expectativas o reglas que has impuesto sobre ti mismo (a) y comiences a respetarte por el simple hecho de existir. Si consideras que requieres atención profesional, relacionada a dificultades con el cuerpo o la alimentación, ¡contáctanos!

María Linares



Photo by Hassan OUAJBIR

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