Aprendiendo a estar sola
- Centro Neandi

- 27 oct
- 4 Min. de lectura
Durante nuestra vida pasamos la mayor parte de nuestro tiempo rodeados de amigos, compañeros, colaboradores y familiares. Estamos acostumbrados a estar en constante compañía y se nos olvida que hay tiempos donde solo estaremos nosotros, sin alguien que esté a nuestro lado en las diferentes etapas de nuestra vida. La soledad es un problema difícil de afrontar, ya que mientras a algunas personas les genera tranquilidad y paz, a otras, de tan solo pensarlo, huyen de ella. Esta puede ser peligrosa para los que la aman y un pánico para los que la evitan, pero ¿cómo aprendemos a tener un balance y no temerle a la soledad?
Todos creen que la soledad es un lugar al que temer, uno del que no se puede salir. Pero en realidad es solo un lugar donde puedes descubrir quién eres, donde puedes escuchar tus pensamientos y aprender nuevas cosas sobre ti. ¿Cuándo fue la última vez que pensaste en quién eres?
La mayoría de las personas le temen a la soledad porque les aterra la idea de quedarse solos, de tener que superar una situación en la que nadie estará ahí para guiarnos o acompañarnos en los momentos difíciles. Pero lo cierto es que aprender a estar solo puede ser una ventaja en nuestras vidas; nos enseñará a disfrutar de nuestra propia compañía o a aceptar que no necesitamos depender de otros para encontrar la felicidad, al igual que podremos sentirnos cómodos con nuestra presencia, ya que al final del día, tú serás el acompañante más importante de tu vida.
Debido a que la soledad es un espacio que compartimos con nuestra mente; evitamos a toda costa quedar solos por la incomodidad a lidiar con nuestros pensamientos, pero no hay nada de que temer. El dejar entrar la soledad a nuestra vida nos permitirá fortalecer nuestras emociones y pensamientos, desde la forma en que actuamos hasta valorar quienes somos.
Si te interesa saber cómo aceptar y encontrar un balance con ella, te mostramos la forma de hacerlo en sus dos tipos comunes:
Evitas la soledad: Si te da miedo pensar en quedarte solo contigo mismo, sientes que te falta algo cuando no estas acompañado de alguien o dependes constantemente de la presencia de los demás, es posible que estes evitando la soledad. Te da miedo que tu mente finalmente te alcance, pero para ello hay solución.
Comienza por realizar actividades que impliquen ser independiente, como leer, escribir o incluso pintar; para que puedas iniciar a aceptar estar lejos de los demás.
Crea un espacio para meditar o conectar contigo mismo, reconociendo tu valor y poco a poco generando la sensación de comodidad hacia la soledad.
No te des por vencido si al principio te sientes incómodo estando solo, este sentimiento es común; pero, debes darte la oportunidad de ver que no pasa nada si te quedas solo y observar que sucede cuando lo haces.
Encuentra un lugar cómodo donde te sientas con seguridad de estar ahí, e incluso escucha música para no sentir que estas en completo silencio.
Disfrutas la soledad: Si te encuentras mucho tiempo en casa, evitas cada ocasión para salir, y sientes tranquilidad al estar contigo mismo; puede que disfrutes de la soledad más de lo normal. Puedes llegar a sentir ansiedad social al salir a nuevos lugares, o tener esa falta de afecto al relacionarte con los demás. ¿No puedes esperar llegar a casa y rodearte de las cosas que te hacen sentir seguro? No permitas que se vuelva un hábito y cámbialo ahora.
Lo primero que tienes que hacer es reconocer porque disfrutas de la soledad, identifica que sentimiento te genera; o de lo contrario, que piensas cuando vas a salir a un lugar.
Después de reconocer tus sentimientos, empieza por hablar con las personas que ya conoces; esto será un paso para empezar a salir de tu burbuja.
Busca espacios donde puedas compartir la compañía con alguien más, sean clubes, clases o deportes. Con esto podrás adaptarte y pasar tiempo con las demás personas. Es importante que todo lo hagas a tu paso pero que te determines a hacerlo para crecer como persona.
No te cierres en cuanto algo vaya mal; no todo va a salir como lo esperas y muchas veces las cosas que no buscas son las que mejor salen.
Es difícil encontrar el equilibrio entre disfrutar el tiempo con los demás y darte un espacio para ti, estamos ocupados en hacer nuestras actividades que se nos olvida priorizar el tiempo dedicado para nosotros. Hay que empezar a respetar estos tiempos y no sobrecargar nuestra agenda, ya que, aunque no lo creamos no podemos con todo.
Los primeros pasos para aceptar la soledad son difíciles, es un proceso que toma tiempo y que no se hace de forma inmediata; pero una vez que encontremos el balance entre estar solos y tener compañía, podremos alcanzar un estado de salud interior.
Elaborado por: Jessica Toulet Lang; estudiante de 2do de prepa;
futura neuropsicóloga. Apasionada del cerebro y los comportamientos humanos.
Referencias bibliográficas:





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