Hoy me siento contenta.
Es día del padre y lo curioso es que pensé en miles de regalos para mi esposo, pero no para mi papá.
Contexto: mi esposo no es el papá de mi hija, lo es mi ex. Sin embargo, cada día, él hace el mejor papel de papá con Marian; el mejor que haya visto, mejor que mi papá conmigo y pues mejor que el papá de Marian con Marian.
Yo sé que no es bueno comparar, sin embargo, eso me permite saber lo afortunada que soy por construir día a día esta familia.
A veces me da miedo pensar que se puede acabar, a veces pienso que es demasiado bueno para ser real. No estoy acostumbrada a merecer y a vivir algo estable y bonito, intento no sabotearme. Creo que me cuesta trabajo disfrutar, ya que no quiero perder el control y no quiero que, ante esa pérdida de control, se pierda todo lo que amo.
Jamás había disfrutado tanto un día del papá, me parecía una especie de obligación. Hoy amo al papá que se ha convertido mi esposo. Siempre le digo que es el mejor papá del mundo, aún sin ser papá.
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