¿Alguna vez has identificado cómo cambia tu estado de ánimo cuando sientes que comiste bien o cuando sientes que comiste mal?
Seguramente tienes muchos alimentos que a pesar de que te gustan mucho, los has puesto en la lista de los prohibidos y que prefieres no comprar cuando haces compras en el supermercado, por miedo a que tú o tu familia los coman. Los más comunes son dulces, chocolates, helados, pastas, pan, pero sin duda esta lista puede ser mucho más amplia y depende de cada persona.
No está en duda que, como mamás y papás, siempre buscamos darle lo mejor a nuestros hijos, y con la comida no es la excepción. Pero te has puesto a pensar qué impacto tiene cuando usamos frases como:
“No comas tantos dulces porque te hacen daño”
“Deja de comer comida chatarra”
“Me choca que comas azúcar”
“Tienes que comer bien”
Son frases que solemos usar y no necesariamente nos ayudan a desarrollar habilidades en nuestros hijos a la hora de comer y en cambio, generan culpa e incluso vergüenza ocasionando que, sin importar la edad, cuando nos atrevemos a comer algo de la lista prohibida, busquemos comer a escondidas o intentemos compensar haciendo ejercicio extra, una dieta restrictiva, tomando pastillas etc.
Por tal motivo, te invito que a partir de hoy empecemos a hablar de los alimentos y de nuestra manera de comer de una manera neutra. Pero, ¿a qué me refiero con esto? La idea es hablar de manera descriptiva usando calificativos relacionados a su sabor, textura, olor, si son o no de tu agrado, si te hace sentir satisfecha etc. Esta estrategia también te ayuda a poder estar mucho más presente a la hora de la comida y poder identificar si realmente te gusta lo que comes, tus señales de hambre y saciedad etc.
Permitirnos integrar esta manera de hablar de la comida en nuestro día a día, nos ayuda a disminuir el juicio de si lo estoy haciendo bien o mal, la culpa, las ganas de compensar y a su vez, le estás enseñando a tus hijos a tener una buena relación con la comida.
Elaborado por Tania Rodríguez
Photo by Pixabay
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